EL GRITO
Ellos se conocieron en la escuela secundaria, se vieron, se enamoraron, y ahora que ambos se estaban recibiendo de cirujanos plásticos, decidieron ponerle un anillo a este amor sentimental –profesional. Estaban organizando la gran boda, ya tenían contratado el salón, acaban de elegir el menú adecuado, las parejas de padres reñían por la cantidad de invitados, por la ubicación de las mesas principales, por la disposición del entretenimiento y toda una serie de menesteres que traían más discordia que unión familiar. Los tortolos quedaron en encontrarse para repartir casa por casa las invitaciones, estaban emocionados, todos los recibían con una exquisita bienvenida, llena de deliciosos manjares. Ya no les quedaba espacio en sus vientres, ni les cabía una tajada más de nada. Y lo importante, era que sí les entrasen los trajes confeccionados para la ocasión ceremonial tan próxima a la fecha. El novio, llevó a la novia a su hogar, la despidió con un cálido beso, pero esta...