Dolorosamente trucho
¡Qué desilusión! ¡Qué ganas de llorar! no pudiste mentirme así ni mentirte todo este tiempo.
Qué frío que estabas, tu mirada me heló y no pude fingir que no me importaba, porque te quiero más de lo imaginable.
Estabas como defraudado, como cansado de perder y perder. Y se me cayeron todas las palabras que te escribí hace días, cuando te comenté que amaba de vos tu sensibilidad , y cuando te auguré en la misiva que deseo que siempre mantengas tus ideales por encima de tus ambiciones.
Pero tu respuesta fue: "soy un trucho". Yo no lo podía creer. Estabas, allí, frente a mí, deshaciendo todo lo que amo de vos.
Con el correr de los minutos, cambiaste de carátula y te volviste a humanizar de a ratos.
Nunca me habías hablado así, nunca había sentido bronca en tu mirada hacia mí.
Fue así, vos planeando delante de mí irte el fin de semana de joda con un amigo que tenemos en común. Y yo me sentí más idiota que nunca con mi ayuno sentimental.
Me quedaron preguntas volando ¿Por qué ese cambio brusco?¿Por qué esa indiferencia?
En fin, la vida continúa pero no tengo ganas de vivirla. Es trucha como vos.
¡Qué lástima!
No digo que hay que salir por la vida defendiendo un ideal, interponiéndolo a nuestra propia existencia. Pero me gustaría seguir creyendo en esa personita que decías que eras.
Me gustaría seguir encontrando en tu mirada esa dulzura. Me gustarían tantas cosas que me es imposible seguir sonriendo.
Tengo planes, porque necesito respuestas. No soporto más esta incertidumbre; si igual tarde o temprano te vas a ir, prefiero que sea temprano. Y si es nunca, prefiero que sea ya.
No creo que seas tan trucho, no se puede vivir de palabras que no se sienten. El problema es hacer prácticas las palabras. El inconveniente, a veces, es no saber qué cuernos hacer para cambiar las cosas, si los demás no hacen nada para que las cosas cambien. ¿Quiénes somos nosotros para cambiar el mundo?
Como se percibe, hoy no es mi mejor día, seguramente porque ayer no fue mi mejor noche. Quiero desaparecer de este planeta, porque es todo escoria e inmundicia. Además sin vos, todo parece gris.
No voy a llamarte, ni buscarte; pero te sigo esperando aún.
Por Andrea Sigal ©, 1997
Comentarios
Publicar un comentario